domingo, 25 de enero de 2009

"Yunus: outra economía é posible"



CAPITALISMO PARA LOS POBRES, SEGÚN YUNUS
Junio-Julio 2008
Cristina Álvarez
A pesar de la crisis alimentaria mundial y del astronómico precio del barril de petróleo, acabar con la miseria es posible. Así de optimista se muestra el economista Mohamed Yunus, conocido como "el banquero de los pobres" y autor de Un mundo sin pobreza (Paidós, Barcelona, 2008), que acaba de publicarse en español.
FP en español: Foreign Policy y Prospect han elaborado la lista 2008 de los 20 intelectuales más importantes del mundo. Usted ha quedado en el puesto número dos (de una lista de cien nombres y con una participación de medio millón de votantes). ¿Conocía su buena clasificación?
Mohamed Yunus: Sí, lo sabía porque salió en los periódicos y cuando lo leí fue una gran sorpresa para mí. Al leerlo nos preguntamos, ¿quién habrá sido el primero?
Cortesía de www.muhammadyunus.org
No más caridad: "No hay ningún principio del capitalismo que diga que los pobres no puedan ser propietarios de una empresa", afirma Yunus.
FP: En su libro asegura que en los próximos años, 500 millones de personas saldrán de la pobreza. En cambio, los últimos datos sobre la crisis alimentaria hablan de que otros 100 millones caerán en ella. ¿Tras lo sucedido los últimos meses, y dados los acontecimientos, cambiaría sus expectativas?
MY: No, todo lo contrario. Lo que hay que hacer es abordar los problemas. Precisamente, la ventaja de los microcréditos es que son mucho más flexibles. Cuando suben los precios, los pequeños negocios de la gente pobre pueden aumentar también los precios de sus productos y no pierden tanto dinero como si, por ejemplo, tuviesen un salario fijo, donde tendrían menos margen. Aunque, por supuesto, las familias pobres son las más perjudicadas. El gran reto debe ser controlar el aumento del precio de los alimentos.
FP: Usted es optimista en cuanto a la consecución de la llamada Declaración del Milenio. ¿De verdad cree que se están cumpliendo los retos previstos?
MY: Antes de la crisis, creo que en el mundo nos estábamos acercando a los objetivos establecidos en la Declaración del Milenio. Por ejemplo, Bangladesh se encontraba en una posición bastante buena para conseguir los ocho objetivos del Milenio: en seis va muy bien y en dos va un poco atrasado, pero en los próximos 5 ó 8 años podría conseguirlo. Hay muchos países asiáticos que van a poder alcanzarlos y que ya se encuentran entre las grandes potencias económicas. El problema es África, donde hay muy pocos Estados que puedan lograrlo. Eso era antes de la crisis. Ahora, probablemente el cálculo sea distinto y el futuro algo más difícil. Lo que tenemos que hacer es buscar programas para superar esta presión y alcanzar de todos modos esos objetivos. Tengo la esperanza de solucionarlo, aunque África va a necesitar un esfuerzo especial.
FP: Uno de los conceptos que le han hecho famoso es el de los microcréditos que concede el banco que usted creó, Grameen Bank. ¿En qué consiste este sistema de ayuda? ¿Sería posible exportarlo a los bancos comerciales?
MY: El sistema de microcréditos consiste en prestar dinero a los más pobres. Están destinados a las personas más desfavorecidas, y se concentran, sobre todo, en las mujeres. Cuentan con una serie de características especiales, como que no se requiere ningún contrato, garantía económica previa del solicitante ni abogados. El objetivo es prestar dinero a familias que lo necesitan para realizar algún tipo de actividad económica que van devolviendo después en pequeñas cantidades cada semana. La razón por la que empezamos con el sistema de microcréditos fue justamente por los bancos comerciales. Toda nuestra intención es convencerles y que hagan lo mismo o que colaboren con fundaciones que trabajan con microcréditos. La mayoría no lo hace, pero algunos ya apoyan la idea.
FP: Usted es crítico con el actual enfoque de la ayuda humanitaria y la cooperación internacional, ya que cree que se apoyan en la caridad y desembolsan miles de millones que no ayudan de manera efectiva. ¿Cuál sería la dirección adecuada?
MY: Las agencias bilaterales de ayuda o el Banco Mundial trabajan con procedimientos a través de los Gobiernos, pero dar dinero de este modo no es un buen sistema. La sociedad civil es mucho más activa, dinámica e innovadora. Aún permanece el modelo de los 60, pero el mundo ha cambiado mucho. Lo que se necesita es un cambio en la metodología para poder trabajar directamente con esa sociedad civil, en el sector privado, en el sector público… Las grandes empresas de los países ricos pueden intentar crear empresas sociales relacionadas con temas como la sanidad, la higiene o la vivienda. Otro de los errores en el enfoque es que muchas veces la pobreza se define por el umbral del dólar diario, si la persona vive con menos de esa cifra, o por la cantidad de calorías que consume cada día. Son definiciones inexactas en las que hay muchas excepciones. Grameen Bank tiene una tabla de diez indicadores que se pueden ver y medir en cada caso. Si la familia vive en una casa que tiene techo, si cuentan con váter y muebles (como una cama), si tienen algún tipo de ahorro para emergencias o si los niños van al colegio. De esos diez puntos, si uno sólo no se cumple se puede considerar que la familia es pobre. Es muy segura y fácil de contrastar, se pueden ver y medir las fuentes de ingresos y todas las dimensiones de la pobreza.
FP: También hace un reparto de las culpabilidades en la situación actual del mundo, y parece que quita algo de responsabilidad a los Estados. ¿No cree que son ellos quienes tienen la responsabilidad de lo que ocurre en su país y cómo viven sus ciudadanos?
MY: Por supuesto que la tarea de los políticos y la labor de los gobiernos es ocuparse de sus ciudadanos. Si las políticas no se hacen bien, obviamente, son culpables. Pero a menudo, la maquinaria estatal es muy lenta y no es eficaz. Muchas veces ya es un avance que el Gobierno cree un entorno favorable y posibilite la acción de otros actores más eficaces.
FP: ¿Cómo encajan sus conceptos de “empresas sociales” y “bancos de los pobres” en el mundo capitalista de hoy?
MY: Nosotros seguimos los principios del capitalismo. Pero en el sistema actual hay un gran espacio que sigue sin ocuparse y es crear empresas para hacer el bien en vez de dinero. Y estamos intentando rellenar ese vacío creando instituciones que se encarguen de ello donde los pobres son los dueños. Esto no es habitual en la práctica, pero no hay ningún principio del capitalismo que diga que no puede hacerse, ni que los pobres no puedan ser propietarios de una empresa. Este proceso puede cambiar las vidas de mucha gente. Faltan estas ideas y también empresas sociales, que pueden entrar en el marco capitalista porque no violan ninguno de sus principios, que son la competencia y el libre mercado. En realidad, es una mejor forma de capitalismo, más abierto y real para la gente.

Mohamed Yunus (Bangladesh, 1940) es economista y creador de Grameen Bank, proyecto por el que recibió el premio Nobel de la Paz en 2006. Ha escrito varios libros en los que explica cómo la población más empobrecida también puede participar en el actual sistema capitalista: Es posible acabar con la pobreza (Editorial Complutense, Madrid, 2006), El banquero de los pobres: los microcréditos y la batalla contra la pobreza en el mundo (Paidós, Barcelona, 2007).


Sacado de:


No hay comentarios: