Ferroatlántica se enfrenta a la sanción máxima por daño ecológico
La firma de Villar Mir habría obtenido 500.000 euros de beneficio hidroeléctrico con el vaciado del embalse
Medio Ambiente impone a la empresa 600.000 euros por propiciar el desastre piscícola de Fervenza
Ferroatlántica se enfrenta a la mayor sanción administrativa impuesta en Galicia por un desastre ecológico: 600.000 euros. Según ha podido saber La Voz, el expediente sancionador incoado a la empresa por Medio Ambiente impone al grupo industrial la cifra máxima prevista en el reglamento sancionador de la consellería. La compañía, propiedad del industrial Juan Miguel Villar Mir -copropietario también de la empresa que explota la mina de Serrabal- tiene adjudicado el aprovechamiento hidrológico del río Xallas, en cuyo curso se encuentra el embalse de Fervenza, uno de los más grandes de Galicia, con 104 hectómetros cúbicos de capacidad repartida entre los municipios de Dumbría, Zas, Vimianzo y Mazaricos.
El pasado mes de octubre, en plena sequía, su nivel comenzó a descender de modo alarmante. Finalmente, el 10 de noviembre del 2007 el pantano quedó prácticamente vacío, provocando la muerte de miles de truchas y escalos.
El agua de Fervenza es la que usa la empresa para la regulación de los niveles de otros embalses más pequeños situados río abajo y en los que la empresa siguió generando electricidad cuando el volumen de Fervenza era ya insuficiente para hacerlo allí. Así, el de Santa Uxía se encontraba prácticamente al 90%, mientras unos kilómetros más arriba no quedaba ni una gota.
El expediente sancionador de Medio Ambiente halla a la empresa responsable de vulnerar la legislación hidrológica y la normativa sectorial en materia de pesca en plena sequía, ya que la empresa mantuvo un caudal ecológico muy superior al mínimo impuesto por Medio Ambiente. La no reducción de ese caudal ecológico permitió una mayor llegada de agua al embalse de Santa Uxía, donde Ferroatlántica concentra la mayor parte de su producción hidroeléctrica.
Obras sin permiso
Además, el expediente encuentra también responsable a la empresa de la realización de obras sin la correspondiente licencia, actuaciones de reparación y mantenimiento llevadas a cabo en el fondo de la presa.
La compañía, conociendo la situación crítica en la que se encontraba el embalse y las previsiones meteorológicas, no redujo el caudal ecológico cuando debería haberlo hecho. El exceso de caudal acabó convertido en electricidad facturada por la empresa de Villar Mir aguas abajo.
En el expediente sancionador se recogen los criterios para la aplicación de la máxima cuantía a Ferroatlántica.
Según los datos en poder de la consellería, la compañía dejó de generar electricidad en Fervenza a través de las turbinas allí instaladas el 1 de octubre del 2007. Entonces el nivel de agua descendió tanto que el líquido no llegaba a la zona de captación. A pesar de esta situación, la empresa no dejó de generar río abajo. Medio Ambiente calcula que, en función del precio de la energía en esas fechas y de la cantidad producida, la empresa de Villar Mir habría obtenido unos beneficios cercanos al medio millón de euros, ingresos que el departamento que dirige Manuel Vázquez relaciona con el vaciado de Fervenza.
El expediente califica como muy grave la infracción cometida por Ferroatlántica. Esa categoría esta penada con unas sanciones que oscilan entre los 300.000 y los 600.000 euros. Medio Ambiente aplicará la máxima, superando con la multa el lucro obtenido por la empresa durante el mes de octubre y los primeros diez días de noviembre.
La firma de Villar Mir habría obtenido 500.000 euros de beneficio hidroeléctrico con el vaciado del embalse
Medio Ambiente impone a la empresa 600.000 euros por propiciar el desastre piscícola de Fervenza
Ferroatlántica se enfrenta a la mayor sanción administrativa impuesta en Galicia por un desastre ecológico: 600.000 euros. Según ha podido saber La Voz, el expediente sancionador incoado a la empresa por Medio Ambiente impone al grupo industrial la cifra máxima prevista en el reglamento sancionador de la consellería. La compañía, propiedad del industrial Juan Miguel Villar Mir -copropietario también de la empresa que explota la mina de Serrabal- tiene adjudicado el aprovechamiento hidrológico del río Xallas, en cuyo curso se encuentra el embalse de Fervenza, uno de los más grandes de Galicia, con 104 hectómetros cúbicos de capacidad repartida entre los municipios de Dumbría, Zas, Vimianzo y Mazaricos.
El pasado mes de octubre, en plena sequía, su nivel comenzó a descender de modo alarmante. Finalmente, el 10 de noviembre del 2007 el pantano quedó prácticamente vacío, provocando la muerte de miles de truchas y escalos.
El agua de Fervenza es la que usa la empresa para la regulación de los niveles de otros embalses más pequeños situados río abajo y en los que la empresa siguió generando electricidad cuando el volumen de Fervenza era ya insuficiente para hacerlo allí. Así, el de Santa Uxía se encontraba prácticamente al 90%, mientras unos kilómetros más arriba no quedaba ni una gota.
El expediente sancionador de Medio Ambiente halla a la empresa responsable de vulnerar la legislación hidrológica y la normativa sectorial en materia de pesca en plena sequía, ya que la empresa mantuvo un caudal ecológico muy superior al mínimo impuesto por Medio Ambiente. La no reducción de ese caudal ecológico permitió una mayor llegada de agua al embalse de Santa Uxía, donde Ferroatlántica concentra la mayor parte de su producción hidroeléctrica.
Obras sin permiso
Además, el expediente encuentra también responsable a la empresa de la realización de obras sin la correspondiente licencia, actuaciones de reparación y mantenimiento llevadas a cabo en el fondo de la presa.
La compañía, conociendo la situación crítica en la que se encontraba el embalse y las previsiones meteorológicas, no redujo el caudal ecológico cuando debería haberlo hecho. El exceso de caudal acabó convertido en electricidad facturada por la empresa de Villar Mir aguas abajo.
En el expediente sancionador se recogen los criterios para la aplicación de la máxima cuantía a Ferroatlántica.
Según los datos en poder de la consellería, la compañía dejó de generar electricidad en Fervenza a través de las turbinas allí instaladas el 1 de octubre del 2007. Entonces el nivel de agua descendió tanto que el líquido no llegaba a la zona de captación. A pesar de esta situación, la empresa no dejó de generar río abajo. Medio Ambiente calcula que, en función del precio de la energía en esas fechas y de la cantidad producida, la empresa de Villar Mir habría obtenido unos beneficios cercanos al medio millón de euros, ingresos que el departamento que dirige Manuel Vázquez relaciona con el vaciado de Fervenza.
El expediente califica como muy grave la infracción cometida por Ferroatlántica. Esa categoría esta penada con unas sanciones que oscilan entre los 300.000 y los 600.000 euros. Medio Ambiente aplicará la máxima, superando con la multa el lucro obtenido por la empresa durante el mes de octubre y los primeros diez días de noviembre.
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